Pagosa Springs es una ciudad bastante bonita para lo que es habitual por estos lares, tiene aguas termales y se pueden hacer muchas actividades en la naturaleza. De camino a Durango paramos en un mercadillo que ponen los sábados en un pueblecito llamado Bayfield, donde hay paraditas de granjeros locales con frutas, verduras todo ecológico, muy naif todo. La gente es muy amable y saluda con gran simpatía. Llegamos a Durango y hay una feria también que aparte de lo que había en el pueblo anterior hay artesanías, ropa para los moteros, comida, bebida etc. Es un placer pasear por estos sitios y ver su forma de vida. Durango es una gran ciudad para los parámetros americanos con 16000 habitantes y tiene "800 tiendas", un museo del ferrocarril que va de Durango a Silverton y varios restaurantes de comida tibetana, thai, etc. El museo tiene varias locomotoras, varios vagones antiguos del Oeste, una maqueta con muchos trenes en funcionamiento y parafernalia varia. Cada día hay 3 salidas con el ferrocarril reconstruido que funciona a vapor que va de Durango a Silverton, a las 8, 8:30 y 9:30. El precio en un vagón normal 81 $. Llega al cabo de 4 horas más o menos, tienes 2 horas libres en Silverton y vuelta a Durango. También hay vagones más lujosos y como los que había hace 100 años con la misma decoración. Se pueden reservar los tickets anticipadamente porque hay mucha afluencia de público.
Se fundó en 1881 como estación del ferrocarril para las minas de las cercanas San Juan Mountains, cuando la minería cayó en declive, se convirtió en un gran centro turístico y es un símbolo cultural del Oeste, ya que conserva salones y hoteles de finales del XIX a lo largo de Main Avenue y mansiones del mismo periodo en Third Street. Sin embargo los mineros han sido sustituidos por ciclistas de montaña y artistas. Es la meca de la bicicleta de montaña, hay decenas de senderos para hacer según la dificultad y cuenta con muchos establecimientos donde las alquilan. También hay mucha costumbre de hacer rafting, ayer en el río Arkansas vimos un montón de gente divirtiéndose en las aguas tumultuosas del río.
La ciudad cuenta con casas típicas del Oeste, incluso hay un bar donde las camareras van vestidas con una pluma en la cabeza, tipo can can. También es reconocida por sus fabricas de cerveza artesanales que se pueden degustar por la tarde con los parroquianos. Nosotros seguimos sin ver osos pero en esta zona se han denunciado 66 encuentros con osos. Hay uno en especial que entró en el garaje de una casa y abrió el congelador para robar comida.
Desde aquí ya vamos directamente a Mesa Verde NP. El centro de visitantes está a unas 17 millas de la entrada. A la entrada donde enseñamos el pase anual nos dan el mapa y las instrucciones que hay que seguir para no tener problemas con los osos. Básicamente es no dejar comida a su alcance, incluso saben abrir coches por un simple bocadillo que han olido a distancia.
Mesa verde es el primer yacimiento arqueológico que se le dió la categoría de parque nacional. Lo más destacado son las más de 500 viviendas construidas en los huecos de las paredes del cañón por los indios anasazi, que vivieron en ellas hasta el año 1300. Estas estancias que abarcan desde pequeñas casas hasta el Cliff Palace, de 200 habitaciones son parte de los hallazgos más importantes de USA. Se pueden visitar unas cuantas por libre y otras 3 comprando una entrada en el centro de visitantes que cuesta 3 $ por casa visitada.
Nosotros nos decidimos por visitar la Cliff Palace. Son visitas guiadas y en la nuestra hay 60 personas y la guía. Estos americanos son muy conscientes y concienzudos ya que en el folleto te dice exactamente que te vas a encontrar, la dificultad y el tiempo que se tardará en la visita. Se va parando por varios sitios, a poder ser a la sombra porque hace un sol de justicia y va explicando, porque se cree que se asentaron allí, los tipos de casa, etc. Hay que ir bien calzado y con mucha agua porque la deshidratación es constante.
Se puede ver un museo muy completo donde hay maquetas y explicaciones de la forma de vida, hallazgos como una vasija que estaba llena de maíz, y se encontró después de 700 años y seguía intacto.
Cuando nos cansamos de ver tantos vestigios vamos a Cortez que es donde tenemos la reserva del hotel , y ¡sorpresa!, no les consta en su ordenador nuestra reserva, menos mal que en el portátil tenemos el correo que mandan con la confirmación y nos alojan en otro que está mejor. Nos cuesta 84,10 $.
Hemos hecho 164 millas.