Hoy comenzamos con la visita del palacio de Charlottenburg. La parada de metro es Sophie Charlotte Platz y se sube andando 800 metros hasta la entrada. Desde el zoológico también hay autobuses que te dejan en la puerta.
La entrada cuesta 12 € por persona. La familiar cuesta 24 € con lo que nosotros la pedimos pero nos dicen que donde están los niños. Como no tenemos no nos la venden. Hay un pase para todo un día que puedes visitar un montón de palacios pero como no vamos a ir otra vez a Postdam nos dice que no nos conviene. Muchos palacios hasta abril o mayo no abren. Los que abren como el Belvedere o el Mausoleo solo abren los fines de semana.
En la entrada nos dan unos audiosguia y tambien tenemos que dejar la mochila, un bolso pequeño si que dejan entrar. Si no comprar el tiquet de fotografía (3 €) también se deja la máquina de fotos. Nosotros lo compramos y así vamos inmortalizando lo que vemos.
El Historische Räume es el nombre que reciben las dependencias reales, situadas en la planta baja del cuerpo central, restaurado en 1970. A la izquierda del vestíbulo se hallan las habitaciones privadas de los principes Federico I y Sofía Carlota; la sala más destacada es la que guarda la colección de porcelanas, una excepcional colección con piezas chinas y japonesas (más de 2000). La escalinata rococó que lleva al primer piso es la primera en su estilo de Alemania. En toda esta planta hay muebles, los juegos de mesa de cada una de las etapas, desde la plateria de la casa Hohenzollern, hasta la vajilla, joyas, espadas, coronas etc.
El salón blanco hacía las veces de sala del trono y comedor de Federico II el Grande, la Goldene Galerie es un salón de música y baile de 42 metros de longitud, realizado en el más puro estilo rococo, de marmol verde y ornamentos dorados.
Salimos a pasear por el Schlossgarten que fue el primer jardín francés de Alemania. A principios del Siglo XX lo convirtieron en un jardín inglés. Pasamos por el Mausoleum que es un pequeño templo dórico construido en 1810 para servir de sepultura a la reina Luisa. Ahora está cerrado, ya que abre de abril a octubre.
Queremos visitar el edificio más característico de la Breitscheidplatz, símbolo de la ciudad desde la guerra. Llegamos donde pone la guía que está y no lo vemos. Al final lo encontramos pero es que ahora está recubierto de una estructura que no deja ver nada desde fuera. Esta iglesia erigida entre 1891-1895 quedó casi destruida durante el conflicto bélico. Sólo quedó una parte de 63 metros de altura, frente a los 113 originales, de la torre neorrománica. En esta torre se ha vuelto a poner en marcha el reloj que da las horas interpretando una melodía compuesta por el principe Luis Fernando de Hohenzollern, nieto del primer emperador. De 1959 a 1961 se erigieron a ambos lados de las ruinas, dos edificios de cristales azules, procedentes de Chartres, combinados con cemento. El uno es una capilla octogonal, y el otro una capilla hexagonal de 53 metros de altura. El interior de la capilla alberga la Virgen de Stalingrado, un dibujo a carboncillo realizado por un soldado alemán en 1942 durante el asedio a la ciudad rusa.
La Kaiser- Wilhelm- Gedächtniskirche tiene unos paneles explicativos, del antes y del después de los bombardeos y se puede apreciar la magnitud del destrozo. En 1950 se hacían algunas misas en los escombros pero en vistas a preservar la integridad de los fieles se prohibió la celebración de más oficios religiosos.
En la entrada nos dan unos audiosguia y tambien tenemos que dejar la mochila, un bolso pequeño si que dejan entrar. Si no comprar el tiquet de fotografía (3 €) también se deja la máquina de fotos. Nosotros lo compramos y así vamos inmortalizando lo que vemos.
El Historische Räume es el nombre que reciben las dependencias reales, situadas en la planta baja del cuerpo central, restaurado en 1970. A la izquierda del vestíbulo se hallan las habitaciones privadas de los principes Federico I y Sofía Carlota; la sala más destacada es la que guarda la colección de porcelanas, una excepcional colección con piezas chinas y japonesas (más de 2000). La escalinata rococó que lleva al primer piso es la primera en su estilo de Alemania. En toda esta planta hay muebles, los juegos de mesa de cada una de las etapas, desde la plateria de la casa Hohenzollern, hasta la vajilla, joyas, espadas, coronas etc.
El salón blanco hacía las veces de sala del trono y comedor de Federico II el Grande, la Goldene Galerie es un salón de música y baile de 42 metros de longitud, realizado en el más puro estilo rococo, de marmol verde y ornamentos dorados.
Salimos a pasear por el Schlossgarten que fue el primer jardín francés de Alemania. A principios del Siglo XX lo convirtieron en un jardín inglés. Pasamos por el Mausoleum que es un pequeño templo dórico construido en 1810 para servir de sepultura a la reina Luisa. Ahora está cerrado, ya que abre de abril a octubre.
Queremos visitar el edificio más característico de la Breitscheidplatz, símbolo de la ciudad desde la guerra. Llegamos donde pone la guía que está y no lo vemos. Al final lo encontramos pero es que ahora está recubierto de una estructura que no deja ver nada desde fuera. Esta iglesia erigida entre 1891-1895 quedó casi destruida durante el conflicto bélico. Sólo quedó una parte de 63 metros de altura, frente a los 113 originales, de la torre neorrománica. En esta torre se ha vuelto a poner en marcha el reloj que da las horas interpretando una melodía compuesta por el principe Luis Fernando de Hohenzollern, nieto del primer emperador. De 1959 a 1961 se erigieron a ambos lados de las ruinas, dos edificios de cristales azules, procedentes de Chartres, combinados con cemento. El uno es una capilla octogonal, y el otro una capilla hexagonal de 53 metros de altura. El interior de la capilla alberga la Virgen de Stalingrado, un dibujo a carboncillo realizado por un soldado alemán en 1942 durante el asedio a la ciudad rusa.
La Kaiser- Wilhelm- Gedächtniskirche tiene unos paneles explicativos, del antes y del después de los bombardeos y se puede apreciar la magnitud del destrozo. En 1950 se hacían algunas misas en los escombros pero en vistas a preservar la integridad de los fieles se prohibió la celebración de más oficios religiosos.
Ya que estamos en la Ku-dam que realmente se llama Kurfürstendamm, cogemos un bus que nos lleve por ella y así comodamente ver lo más importante de esta calle. Se creó en 1542 para comunicar el palacio de Berlin con el pabellón de caza de Grunewald y fue ampliada en 1873 por Bismarck, impresionado por los Campos Eliseos de París. En sus cafés se encontraban los intelectuales más importantes del periodo de entreguerras y ahora se han vuelto a abrir tiendas de lujo y hoteles muy modernos. Llegamos hasta Bismarck Platz y cogemos otro bus de vuelta.
Nos acercamos a Spandau con el metro que es un distrito de historia claramente militarista, situado en la confluencia del Spree y el Havel, el segundo mayor en extensión del gran Berlín. Los orígenes se remontan a una fortaleza edificada en 1197. Más tarde se instalaron fábricas de armas. Por último se dice que estuvo prisionero Rudolf Hess tras su condena en el proceso de Nuremberg, en una celda fabricada para la ocasión y vigilada por los aliados. En la Zitadelle que se puede visitar de 10 a 17 horas y cuesta 4,5 € se puede ver unos de los ejemplos más ilustrativos de arquitectura militar italiana en Alemania. Se construyó en 1560-1594 con obreros traidos de Italia. Se alza sobre un islote del Havel, sobre las ruinas de un castillo, tiene planta cuadrangular y está rodeada de bastiones en forma de estrella. En uno de los torreones Julius Turm de 30 metros de alto se remonta a 1200 y es una de las fortificaciones mejor conservadas. Se puede subir arriba por una escalera de caracol para ver una panorámica de la ciudad.
De vuelta a la ciudad nos acercamos al barrio de Nikolaiviertel, un pequeñísimo barrio situado en el antiguo barrio de pescadores de Berlin, que constrasta con los inmensos espacios abiertos del los barrios cercanos. Fue totalmente destruido por la guerra y reconstruido en 1987 con ocasión del 750 aniversario del nacimiento de la ciudad.