Nos dirigimos hacia el Sur para llegar hasta Al Ashkharah, que es un pueblo pesquero que tambien sirve como base para el suministro de los beduinos. No hay sitio para pernoctar pero tiene mucho ambiente con los niños jugando y riendo en el mar, tirandose de los barcos y los mayores preparando redes o para salir a faenar.
Museo de Nizwa |
Giramos hacia el oeste y pasamos por Jaalan Bani Bu Ali y por Jaalan Bani Bu Hasan, que contienen casas fortificadas, fuertes aparte de algunas mezquitas. Nos desvíamos hacia Wadi Bani Khalid, que está al norte de la ciudad de Al-Kamil. La carretera pasa por las Hajar Mountains, con espectaculares formaciones de roca y por plantaciones y pueblecitos que están cerca de la base del Wadi. Se llega a un pequeño parking y desde allí en media hora por un camino cimentado se llega a unas cabañas para hacer picnic. Hay un pequeño restaurante que hace comidas sencillas y unas piscinas donde según todos los indicadores te tienes que bañar vestido. Algunas turistas hacen caso omiso y van en biquini para regocijo de los lugareños que se les salen los ojos. No está mal pero comparado con la tranquilidad del día anterior y la soledad este no nos invita a bañarnos. Eso sí, es un contraste muy grande con el desierto y caluroso Oman encontrar estos oasis de verdor y agua.
Seguimos camino buscando algún sitio para comer y después de varios intentos infructuosos encontramos un chiringuito que nos hace unos temtempies muy buenos y tirados de precio.
Seguimos hasta Ibra que es donde queremos dormir y despues de bastantes vueltas encontramos el hotel que habían recomendado otros viajeros justo detrás de la gasolinera Omanoil. Lo que hemos visto de la ciudad no nos ha entusiasmado y decidimos llegar a Nizwa que según nuestras referencias vale mucho la pena y así nos aseguramos tener alojamiento para poder visitar el mercado de los viernes de ganado. Son bastantes quilometros pero las carreteras son muy buenas y llegamos a una hora buena para buscar hotel.
Nos acercamos al Falaj Daris Hotel que la guía lo pone bien pero nos piden por la doble 140 € sin desayuno y nos parece un poco cara con lo que seguimos la busqueda y encontramos uno en la misma carretera que nos cuesta 40 € la triple, con cuarto de baño, televisión, aire acondicionado y ventilador.Es el Tanuf Residence que es el que recomienda en primer lugar la LP. El recepcionista es un indio muy amable que todo el rato está viendo peliculas de Bollybood.
Solucionado el tema alojamiento nos acercamos al centro de Nizwa que curiosamente está a más de 10 km de la zona de los hoteles. Es una ciudad muy tradicional y no se ven mujeres por la calle, solo hombres vestidos todos con sus vestimentas blancas hasta los pies, que intentan refrescarse un poco, aunque la temperatura a las 8 de la noche sigue siendo muy alta y el ambiente bochornoso.
Me siento como mujer, un poco violenta por las miradas de todos estos hombres aunque voy vestida bastante pudorosa. En la misma plaza principal vamos a cenar a un restaurante donde por 6 € nos dan un plato muy bien presentado con humus, carne de cordero, tomate y pan recien hecho, todo buenisimo, eso sí con un zumo de lemon mint cuando lo suyo hubiese sido una cervecita.
Damos una vuelta para bajar la cena, con la ciudadela iluminada muy espectacular.