Estatua de Vlad Tepes |
Salimos de Curtea después de tomar un café al lado del mercado donde la chica que nos atiende ha estado varios años en Bilbao... Hoy vamos a hacer una ruta por las colinas de Iezer.
Nuestra primera parada es Bradet, que significa bosque de abetos. El pueblo está rodeado de bosques mixtos y es ideal para hacer senderismo. Vemos un grupo de coches que han acampado al lado del río tan ricamente. Hay fuentes de aguas sulfurosas que van bien para muchas cosas y hay varias pensiones. La más famosa es casa Cristina ya que allí es donde se reunieron por primera vez los de la resistencia anticomunista. Según nuestra guía hay un pequeño monasterio ortodoxo (Skete) a 2 km del pueblo. Vemos unas indicaciones y las seguimos, menos mal que vamos con un 4 x 4 porque el camino tiene tela. Al final llegamos a un monasterio pero evidentemente no es del siglo XV. Hay gente y están haciendo una ceremonia.
De allí vamos a Corbi de Piatra, que significa cuervos de piedra donde a 1 km está el monasterio de San Pedro y San Pablo, excavado en una roca. La iglesia ha sido esculpida en la parte inferior de una gran roca. El monasterio fue fundado por un grupo de monjas en el siglo XIV. En épocas turbulentas sirvió de refugio a los líderes políticos del principado.
Aunque aún se celebran misas su interior está muy deteriorado. Hay un señor que la cuida y nos dice que subamos por detrás de la roca para suponemos ver las vistas. Nosotros como somos obedientes allá que vamos.
Llegamos a Campulung Muscel que fue una de las principales rutas medievales que unían Mantenia con Transilvania. Visitamos el monasterio de Negru Voda, del siglo XVII, el cual está en obras y comparado con otros que hemos visitado no le vemos nada.
Como final de esta ruta llegamos a Namaesti donde hay otro monasterio excavado en la roca. Está regentado por monjas y es muy pequeñito. La monja con la que hablamos ha estado en España y habla un poco de castellano.
Desde aquí ya vamos a Targoviste por una carretera panorámica que nos lleva por pueblos casi ininterrumpidos, donde la gente vive en algunos de una manera muy pobre. La mayoría son gitanos y son casas hechas de plásticos, trozos de chapa o madera. Impacta tanta pobreza al lado de casas muy bonitas y cochazos de impresión.
Llegamos a Targoviste y buscamos una pensión. La única que encontramos es la que recomienda la Lonely, la Chindia. No tienen habitación pero aparte son muy estúpidos y nos tratan mal.
Buscamos alguna otra pero después de unas cuantas vueltas no tenemos suerte. Encontramos el hotel Valahia que en la guía lo pone fatal, pero a nosotros nos atienden muy bien y nos quedamos una habitación. Hay una boda y la recepcionista nos avisa de que igual son muy ruidosos y no nos dejan dormir. Nos gusta lo honrada que es avisándonos. Cuesta 132 leus con desayuno.
Vamos a visitar esta ciudad empezando por la Corte principesca. Cuesta 8 leus la entrada y se visita las ruinas del castillo de Dracula (Vlad Tepes), una basílica y la torre de poniente de 27 metros de altura desde donde los vigias tenían una visión magnífica de todos los alrededores y desde donde los guardias anunciaban el cierre de las puertas a la puesta del sol. Hay una exposición sobre Vlad Tepes, con verdades y leyendas de este personaje tan conocido en el mundo entero.
Pasamos por el Museo de Historia, de Arte y otros cuantos que ya están cerrados porque son más de las 6 de la tarde. En el parque central hay una cruz de mármol para conmemorar los muertos que hubo en las revueltas de 1989. Es una ciudad con muchos parques muy bien arreglados pero justo al lado también hay edificios que se caen a trozos, o mansiones totalmente destrozadas.
Tiene una zona peatonal llena de bares con música a toda potencia y lleno de juventud local. Es muy barato tomar una cervecita, ya que nos cuestan 2 jarras grandes 10 leus y aparte nos dan cacahuetes para acompañar. Muy agradable, aunque llega un momento que la música la suben tanto que nos tenemos que ir. En pocos momentos ha pasado de estar solos a llenarse de jóvenes aunque se ha de reconocer que son muy educados.
Nuestra primera parada es Bradet, que significa bosque de abetos. El pueblo está rodeado de bosques mixtos y es ideal para hacer senderismo. Vemos un grupo de coches que han acampado al lado del río tan ricamente. Hay fuentes de aguas sulfurosas que van bien para muchas cosas y hay varias pensiones. La más famosa es casa Cristina ya que allí es donde se reunieron por primera vez los de la resistencia anticomunista. Según nuestra guía hay un pequeño monasterio ortodoxo (Skete) a 2 km del pueblo. Vemos unas indicaciones y las seguimos, menos mal que vamos con un 4 x 4 porque el camino tiene tela. Al final llegamos a un monasterio pero evidentemente no es del siglo XV. Hay gente y están haciendo una ceremonia.
De allí vamos a Corbi de Piatra, que significa cuervos de piedra donde a 1 km está el monasterio de San Pedro y San Pablo, excavado en una roca. La iglesia ha sido esculpida en la parte inferior de una gran roca. El monasterio fue fundado por un grupo de monjas en el siglo XIV. En épocas turbulentas sirvió de refugio a los líderes políticos del principado.
Aunque aún se celebran misas su interior está muy deteriorado. Hay un señor que la cuida y nos dice que subamos por detrás de la roca para suponemos ver las vistas. Nosotros como somos obedientes allá que vamos.
Llegamos a Campulung Muscel que fue una de las principales rutas medievales que unían Mantenia con Transilvania. Visitamos el monasterio de Negru Voda, del siglo XVII, el cual está en obras y comparado con otros que hemos visitado no le vemos nada.
Como final de esta ruta llegamos a Namaesti donde hay otro monasterio excavado en la roca. Está regentado por monjas y es muy pequeñito. La monja con la que hablamos ha estado en España y habla un poco de castellano.
Desde aquí ya vamos a Targoviste por una carretera panorámica que nos lleva por pueblos casi ininterrumpidos, donde la gente vive en algunos de una manera muy pobre. La mayoría son gitanos y son casas hechas de plásticos, trozos de chapa o madera. Impacta tanta pobreza al lado de casas muy bonitas y cochazos de impresión.
Llegamos a Targoviste y buscamos una pensión. La única que encontramos es la que recomienda la Lonely, la Chindia. No tienen habitación pero aparte son muy estúpidos y nos tratan mal.
Buscamos alguna otra pero después de unas cuantas vueltas no tenemos suerte. Encontramos el hotel Valahia que en la guía lo pone fatal, pero a nosotros nos atienden muy bien y nos quedamos una habitación. Hay una boda y la recepcionista nos avisa de que igual son muy ruidosos y no nos dejan dormir. Nos gusta lo honrada que es avisándonos. Cuesta 132 leus con desayuno.
Vamos a visitar esta ciudad empezando por la Corte principesca. Cuesta 8 leus la entrada y se visita las ruinas del castillo de Dracula (Vlad Tepes), una basílica y la torre de poniente de 27 metros de altura desde donde los vigias tenían una visión magnífica de todos los alrededores y desde donde los guardias anunciaban el cierre de las puertas a la puesta del sol. Hay una exposición sobre Vlad Tepes, con verdades y leyendas de este personaje tan conocido en el mundo entero.
Pasamos por el Museo de Historia, de Arte y otros cuantos que ya están cerrados porque son más de las 6 de la tarde. En el parque central hay una cruz de mármol para conmemorar los muertos que hubo en las revueltas de 1989. Es una ciudad con muchos parques muy bien arreglados pero justo al lado también hay edificios que se caen a trozos, o mansiones totalmente destrozadas.
Tiene una zona peatonal llena de bares con música a toda potencia y lleno de juventud local. Es muy barato tomar una cervecita, ya que nos cuestan 2 jarras grandes 10 leus y aparte nos dan cacahuetes para acompañar. Muy agradable, aunque llega un momento que la música la suben tanto que nos tenemos que ir. En pocos momentos ha pasado de estar solos a llenarse de jóvenes aunque se ha de reconocer que son muy educados.
Hemos hecho 187 Kms.