NIZWA - IBRI - AL-AIN- SHARJAH

Trini rodeada en el Mercado de Nizwa
Hoy es viernes, y quizas lo mejor de este viaje con diferencia. Nos encontramos en el mercado de animales de Nizwa. Según las guías hay que levantarse muy pronto, pero nosotros tampoco exageramos, ya que dura bastante tiempo. Se hace en una plaza redonda que hay al lado del fuerte. No tiene perdida, pues hay miles de coches aparcados delante. Cientos de personas de Omán y de los emiratos vecinos vienen en su día de fiesta a contemplar este mercado ancestral, donde se venden como se hacía hace cientos de años, ovejas, cabras, vacas y bueyes. Los vendedores pasan con su animal y la gente lo mira y hace ofertas. Si al vendedor le parece bien, pagan en efectivo y se llevan el animal, si no, siguen dando vueltas  hasta que alguien se interesa. Si no hay nadie interesado se paran donde se les hizo la mejor oferta y empiezan a regatear, hasta que llegan a un acuerdo o no.
En un país tan modernizado como Omán sorprende que aún queden reliquias del pasado como este mercado donde ves beduinos con sus cuchillos en la cintura, eso sí, estos de plata a diferencia de los de Yemen, mirando los dientes de los animales,  la piel y todo lo que pueda indicar el estado de salud del animal. También ves mujeres totalmente tapadas, incluso con mascaras, eso sí con el movil más moderno del mercado. Aquí actuan en igualdad de condiciones y las he visto en acción regateando muy duramente.
Está lleno de turistas con sus cámaras en ristre, una televisión rodando un documental, pero ellos no se inmutan, ni te miran, enfrascados en sus negocios. A medida que van pasando las horas la gente se va marchando pero te pones en un rinconcito y alucinas con lo que ves. El orden es de los animales más pequeños a los más grandes. Empiezan con los corderitos recien nacidos, que llevan el cordón umbilical todavía colgando, pasan a los adultos, las cabras, y posteriormente ya entran las vacas y los bueyes. Hay que tener cuidado con estos animales tan grandes porque a veces se asustan y se van hacia la gente, con lo que se forman unos pequeños San Fermines, todo el mundo corriendo y gritando (sobre todo los turistas).

Al cabo de unas horas que serán inolvidables y con una sonrisa en la cara que demuestra el buen rato pasado, nos vamos a desayunar un poco ya que estamos en ayunas. Volvemos al mismo sitio donde nos dieron de desayunar tan bien. Hoy hay mucha más gente como nosotros, que después de hacer sus negocios van a comer algo.
Cogemos el coche y vamos dirección a los Emiratos Arabes Unidos, ya que el seguro lo hemos contratado en Oman, hasta hoy y tambien queremos ver algo de estos emiratos que salen en las televisiones por la espectacularidad de sus construcciones y su modificación del desierto y conversión en ciudades hipermodernas con todos los adelantos.
Pasamos por Ibri, pero es una ciudad moderna sin interés y de allí por el puesto fronterizo de Hafiz, donde nos sellan el pasaporte sin ningún problema, tanto al salir de Omán como cuando entramos en EAU.
 Desde la frontera todavía hay unos 50 km de desierto sin nada  hasta donde ya entras en territorio de EAU.
La ciudad de Al-Ayn que en árabe significa "el ojo" o "la fuente de agua" es famosa por sus jardines, hoteles y urbanizaciones de lujo. Al Ain en árabe: العين, al-ʿayn , literalmente El manantial) es la cuarta mayor ciudad de los EAU. Con una población de 614.180 (censo de 2008), Al Ain se conoce también como la Ciudad jardín de los EAU. Está situada en Abu Dhabi , justo en la frontera con Omán. Las autopistas que conectan Al Ain, Abu Dhabi y Dubái conforman una red triangular en el centro del país, donde cada ciudad se ubica equidistante a una distancia de unos 150 kilómetros de las otras dos. Su clima es más fresco, tiene museos, fortalezas y mercados donde perderse. Si se tiene tiempo valdría la pena quedarse dos días. Antes de entrar propiamente en la ciudad hacemos una carretera de unos 13 km que nos sube a la cima del Jebel Hafeet de 1.350 metros de altura. La velocidad máxima es de 30 km por hora, pero es que la carretera se las trae, hay curvas muy pronunciadas, aunque también ofrece unas vistas magníficas de la parte saudí del "Territorio Vacio". Como no se están de nada han hecho un hotel de lujo arriba de todo, el Mercure Grand Hotel, un resort con amplios jardines con piscinas, minigolf, pistas de tenis, gimnasio etc.
Es el destino favorito para muchos inmigrantes que en viernes como tienen fiesta, alquilan una furgoneta y se van a visitarlo.
Al Ain tiene una proporción de autóctonos del emirato mayor que en ninguna otra parte del país y sin embargo la mayoría de los residentes son expatriados, sobre todo del subcontinente indio. En su mayor parte proceden de Pakistán. Hay menos expatriados occidentales que en las grandes ciudades de Abu Dabi y Dubai. Todo esto proporciona a Al Ain un aspecto árabe más auténtico si se le compara con las ciudades más grandes y cosmopolitas de los Emiratos.
A menudo se la llama la "Ciudad Jardín del Golfo" a causa de sus numerosos parques, bulevares y rotondas decoradas en el corazón de la ciudad. A esto hay que añadir el estricto control sobre las nuevas edificaciones, cuya altura no puede sobrepasar los cuatro pisos, lo cual hace realzar los espacios verdes de la ciudad.
Bajamos de la cima y nos encontramos otra vez con amplias avenidas llenas de rotondas con figuras inmensas y flores, muchas flores, muy bien cuidadas. A principios de verano se ven las palmeras llenas de grandes racimos de dátiles. Durante siglos ha sido el alimento básico en la dieta de los beduinos, junto el pescado, la leche y la carne de camello. No parece una dieta muy variada pero hay que tener en cuenta que hay más de 80 tipos diferentes de dátiles. Tienen un 70% de azucar, lo que evita que se pudran, haciendolos comestibles durante mucho más tiempo que otros frutos. Aparte de eso, el tronco se empleaba para hacer columnas y techos para las casas, mientras que las hojas se usaban para dar cuerpo a los tejados y las paredes.
Los oasis usan el sistema de irrigación subterránea "falaj" mediante el cual se extrae agua de perforaciones para proporcionar agua a las granjas y regar las palmeras. El "falaj" es un antiguo sistema de irrigación que data de hace miles de años y que se utiliza comúnmente en Omán, los EAU, China, Irán y en muchos otros países. Al Ain posee siete oasis, siendo el mayor el oasis de Al Ain situado al sur del centro de la ciudad y el menor el oasis de Al Jahili. Los otros son los oasis de Qattara, Al Mutaredh, Al Jimi, Al Muaiji y Hili.

Visitamos el Museo del Palacio de Al Ain. Hay que pagar pero nosotros entramos recto y no lo hacemos, al salir nos damos cuenta que hay una taquilla, pero no parece preocuparles mucho.
Es un majestuoso fuerte, el lugar donde nació el jeque Zayed, antiguo presidente de los EAU, y es uno de los mejores museos del país. Hay muchas salas esplendidas decoradas como en el pasado y bonitos y verdes jardines.
En el Mercado de Nizwa
Después de nuestra visita comemos algo en un restaurante comida rápida, ya que casi todo está cerrado al ser viernes y ya cogemos la carretera dirección Dubai y Sharjah. Hemos reservado un hotel con Booking.com que se llama Al Salam Inn Hotel Suits. Nos cuesta 400 Dirhans (76 €) las dos  noches , la habitación triple. Está muy bien, limpia con baño, incluso una pequeña cocina por si quisieramos cocinar algo. El único problema es que cuesta algo encontrarlo, nosotros no llevamos GPS, pero Xavi, se orienta muy bien y el día de la reserva con el mapa, ya vimos más o menos donde está, con lo que después de dos intentos llegamos.
Sharjah es uno de los 7 estados de EAU, el más tradicional y donde hay una mezquita cada 100 metros, más o menos. Es el sitio donde viven casi todos los inmigrantes del subcontinente indio, con lo que está lleno de tiendas para ellos, desde lavanderias, restaurantes, barberías, etc.
El día ha sido muy largo con lo que no vamos a visitar nada. En el lobby del hotel hay wifi y en compañía de otros clientes revisamos nuestros correos.