Hace un día magnifico y eso hace que se vean las cosas de distinta manera. Volvemos a Port Angeles a poner gasolina por si acaso aunque luego vemos que hay bastantes gasolineras en la ruta. Vamos a la zona de Elwha donde está el Lago Mills pero es complicado verlo con la vegetación tan frondosa que hay. Cuando se acaba la carretera salen distintos senderos pero como son de bastante duración no nos animamos a hacer ninguno. En esta zona es obligatorio llevar unos recipientes que hay en el Visitor Center de Port Angeles para que los osos no huelan la comida porque parece que hay muchos.
Volvemos a la 101 y llegamos al lago Crescent donde hay diversos sitios para hacer picnic, alquilar kayaks etc. Tambien se encuentra el Lodge más antiguo y económico del parque. A 1,6 km de la carretera están las Marymere falls.
Como ya hemos visto muchos bosques primarios ahora queremos ver un poco de costa con lo que vamos dirección Forks hasta First Beach y La Push. En otra carretera paralela está la Rialto Beach con el Hole in the Wall, un túnel excavado en el acantilado por las olas.
Estabamos con un día "caluroso" con sol deslumbrante y en muy pocas millas estamos con frío, nublado y lloviznando. Es un efecto curioso ya que en una parte del parque llueve poquísimo y en la oeste caen 4 metros cubicos de agua al año, que superaría la altura de una casa unifamiliar.
La costa no nos dice nada ya que es triste, llena de troncos traidos por las tormentas y con la arena gris. Curiosamente hay unas señales de tráfico en las cuales pone por donde se ha de escapar en caso de tsunami.
Es salir de la zona costera y ya tenemos un sol resplandeciente otra vez.Pasamos por Forks que es un pueblo con tiendas, restaurantes, hoteles (todos llenos) y cogemos el desvío de 30 km para ir a la atracción del parque que es el Hoh Rain Forest. Es un lugar mágico lleno de abetos negros, abetos de Douglas, tejos y cedros rojos cubiertos de musgo. Los árboles más viejos alcanzan los 100 metros de altura e incluso los helechos sobrepasan a los senderistas.Este bosque no tiene parangón en el mundo. Es único por las precipitaciones tan elevadas y a su estatus protegido dentro del parque. Es uno de los pocos bosques lluviosos que quedan en el mundo y además es el más grande. Escondidos dentro de una selva fría, densa y oscura, colonias de epifitas fantasmales compiten con ejercitos de insectos, miriadas de animales en peligro de extinción como el Roosevelt Elk y abetos Douglas y tsugas milenarias. Hay un centro de atención al visitante donde se conoce muy bien el complejo y delicado ecosistema del área. Numerosos senderos salen del aparcamiento, incluido el corto e instructivo Hall of Moses Trail. En verano hay dos visitas guiadas una a las dos de la tarde que por poco no hemos pillado.
Después de aprovechar el area de picnic para comer y descansar un rato vamos saliendo y encontramos un grupo muy grande de ciervos cruzando el Hoh River. Es bonito verlos con sus ciervos acabados de nacer en manada. A la salida hay el big Sitka spruce tree que es un pedazo arbol que no te lo acabas.
Nos vamos otra vez hacia la costa pues no hay apenas carreteras y queremos acampar en Kalaloch. Cogemos un desvío para ver el Big cedar tree, que es un arbol enorme pero que sus raíces y tronco han hecho un diseño espectacular.
Llegamos a Kalaloch y hay un letrero que pone que está lleno. Igualmente voy a preguntar y el ranger me dice algo que no entiendo demasiado bien pero me pregunta como es la tienda, cuando le digo que es pequeña me da un sitio que tiene reservado para la gente que viene andando pero como ve que es tarde supone que no la necesitará.
Cuesta 18 $.
Hemos hecho 183 millas