SEBES - CALNIC - RUTA POR MARGINIMEA SIBIULUI - SIBIU

El hotel de Sebes es altamente recomendable. Hemos dormido como lirones en una gran cama  comodisima de 2 x 2 metros, y como colofón el desayuno ha sido muy completo con tortilla rellena de jamón y queso, pan con mermelada y miel. Que rico todo.
Hemos ido a la iglesia evangelica de Sebes. Desde su exterior se aprecian las dos fases diferentes de la construcción de esta iglesia, lugar de culto de la comunidad sajona. La primera es anterior a la invasión otomana de 1438 y resultado de la restauración en estilo gótico sobre un edificio románico anterior (1241). El resultado es curioso el edificio antiguo es más sobrio, mientras que el segundo tiene decoraciones con nichos y esculturas en piedra. El coro es enorme y majestuoso. El retablo del altar tiene 13 metros de alto por 6 de ancho y es el retablo mayor de toda Transilvania. Está cerrada pero a partir de las 10 de la mañana te abren cuando entras. La visitas y luego la chica encargada la cierra.

De aquí vamos a Calnic que es patrimonio de la Humanidad por su iglesia fortificada. Está a 12 km de Sebes por una carretera muy concurrida. Cuando llegamos seguimos las señales que nos llevan a los porteros de la iglesia. Cuando nos dirigimos a la chica, nos contesta en un castellano perfecto pues ha estado 10 años viviendo en Tenerife pero ahora con la crisis se ha vuelto a Rumanía. Trabajaba como traductora en los servicios sociales, pero ella es profesora de geografía y ahora compagina ese trabajo con el de guarda de la iglesia. Nos comenta que los salarios en Rumanía son muy bajos y que no entiende como la gente sobrevive. Ella cobra como profesora 150 € al mes, y suspira por los 1500 que ganaba en España. Nos dice que el coste de la luz y del gas es el doble que en España,  y el coste de la vida en general también es caro, pues la gasolina nos cuesta 1,3 € el litro de diesel.
La gente para sobrevivir debe hacer milagros, además nos dice que la mayoría de gente que vive en el pueblo de Calnic cobra el salario de inserción social que son 30 € !!!!!.
Además nos dice que tiene que hacer un montón de papeleo cada día para las clases que tiene que impartir y un montón de reuniones inútiles .... Y nosotros nos quejamos!!!!
Bueno,  la iglesia del siglo XIII  es muy interesante, tiene 3 murallas que la rodean, ya que los sajones la fortificaron, y la reforzaron con un poderoso torreón al que dieron el nombre de Siegfried. Se puede subir al torreón, (abstenerse personas con vértigo), visitar las bodegas, la pequeña iglesia y un museo donde se exponen objetos típicos de la región como cerámica, instrumentos musicales, ajuar, telas etc. Cuesta 5 leus por persona y 7 por las fotos.

Volvemos a Sebes, y pillamos una caravana de impresión, pero con un poco de paciencia llegamos al principio de una ruta que nos lleva desde Sebes a Sibiu, que nos recomienda la guía Audi que llevamos que dice ..."Es una encantadora carretera que nos lleva a parajes romanticamente pastoriles de los montes Cindrel". Con estas premisas no nos podemos resistir y empezamos esta ruta de 100 km por pueblos como Capalna donde hay una fortaleza de la segunda mitad del siglo I aC que fue el lugar de luchas entre romanos y dacios. La entrada está clara pero cuando empezamos a subir con el coche nos encontramos con un camino donde a duras penas coge el Toyota, lleno de piedras. Nos extraña y cuando vemos una lugareña le preguntamos y nos dice que tenemos que subir andando una subida de 30 minutos pero que el coche no lo podemos dejar en ningún lado con lo que con grandes problemas damos la vuelta en un ensanchamiento del camino. Seguimos hasta Jina por un camino al lado de un rio y con unos bosques frondosos preciosos. En Jina se hace por estas fechas un festival folclórico, pero todavía no ha comenzado y no se puede destacar nada, salvo la gente que nos encontramos en la carretera con la lana que ha esquilado de las ovejas y que la está preparando para la venta.
 A partir de Jina la carretera ya está asfaltada aunque es muy estrecha y en una curva casi  nos quedamos sin alerón. Llegamos a Sibiel donde recomienda visitar la iglesia que por fuera parece católica ya que se prohibió la religión ortodoxa pero por dentro tiene rasgos bizantinos. Este pueblo nos sorprende porque tiene 25 pensioneas y es que el dictador Ceacescu llevaba a este pueblo a los extranjeros para demostrarles lo bien que se vivía en Rumanía en el campo. También es famoso por tener un museo de iconos que montó un sacerdote que fue buscando por todo el país y que tiene más de 700. Este sacerdote pasó 15 años en la carcel por criticar el sistema comunista. Cuesta 5 leus por persona, y la señora encargada te lo explica de pe a pa en francés, el cual entendemos muy bien, ya que es básico como el nuestro.
Nos comenta entre otras cosas que los iconos los pintaban los hombres de la casa en invierno mientras las mujeres hacían labores con lana o cosían. Cada zona tiene sus características aunque todos utilizaban tintes naturales. En algunos ponían ropas tradicionales a Jesucristo o a la Virgen María. Nos comenta que San Jorge o Sant Jordi en Catalunya es un santo que protege los hogares de todo mal, y que por eso es tan común en los iconos que vemos en las paredes.

De allí vamos a Fantanelle, que es famosa por ser un pueblo con forma de herradura y con muchas construcciones típicas de madera.

Llegamos a Sibiu, que es una ciudad grande, más de 100.000 habitantes y donde vemos unos cuantos turistas, ya que hasta ahora hemos visto algo de turismo nacional pero a ningún extranjero. Nos vamos al hotel Apollo  Hermannstadt, que nos cuesta 140 leus sin desayuno. La ventaja de este hotel es que está a 10 minutos andando del centro de la ciudad y que tiene un parking vigilado donde dejar el coche. La habitación es correcta aunque comparada con la del día anterior no hay color, eso sí todo muy limpio y agradable con una terraza para tomar el fresquito por la noche que aprovechamos para ponernos al día con nuestras tareas.

Sibiu fue la primera plaza fuerte de los sajones en Transilvania, contiene una de las ciudades medievales más grandes de Rumanía. La ventaja es que todo está muy cerca y andando lo ves muy bien. Tiene 3 plazas importantes: la Piata Mare, la Piata Huet y la Piata Mica.
En la Piata Mare (Plaza Grande) cabe destacar la casa Haller en el número 10 que es un edificio gótico de 1470. Frente al lado derecho de la iglesia Románica se alza el monumento a Gheorghe Lazar, una de las principales figuras de la ilustración romana. A los pies de la estatua hay una lápida en memoria de los caídos en las revueltas de 1989. El palacio Brukenthal es de 1785 de estilo barroco vienés, y ahora acoge uno de los museos más importantes con pintura desde la edad Media hasta el siglo XX.
En el ayuntamiento antiguo de 1470 está el Museo de Historia  y tiene un bello patio porticado. Junto al museo de Historia se alza una de las torres de la primera muralla, construida en el siglo XIV, siguiendo por esta calle se ve la casa de las cariatides, y justo al lado te encuentras la Mitropolia Ortodoxa, edificio neobizantino donde entramos ya que hay una ceremonia. La decoración interior es la más impresionante que hemos visto hasta el momento.
Los bastiones de la muralla que envuelve Sibiu están dedicadas cada una a las guildas o gremios que eran los encargados de construirlos y pagar la defensa a los soldados que las vigilaban.
En la piata Huet acoge a la iglesia evangélica, una gran basílica de estilo gótico tardío construida entre los siglos XIV y XVI sobre el lugar que ocupaba una iglesia románica anterior. Ostenta una poderosa torre de 74 metros de alto. Ante la fachada se alza la estatua de bronce del obispo Teutsch. El pórtico acoge sesenta losas sepulcrales con  decoración escultórica. En su interior hay un órgano con 6000 tubos pero que no vemos porque están en fase de reconstrucción, con lo que nos hacen pagar 1 leu para ayudar.

En la Piata Mica también hay unos cuantos edificios interesantes, entre ellos un puente de hierro que se llama de los mentirosos porque se ponían allí los cotillas a decir mentiras de la gente de la ciudad.

En la Piata Mare hay una fuente que de una manera aleatoria sale el agua y es la atracción de los niños, perros y no tan niños. Nos sentamos un rato y es muy distraído. También nos llama la atención unas ventanitas que hay en los tejados que parecen ojos que te están observando.